La importancia en el mantenimiento de cajas reductoras como un conjunto, asegurando un mejor funcionamiento y aumento de vida útil, en un proceso estandarizado bajo controles de calidad.
Las cajas reductoras son uno de los mecanismos más usados y versátiles en aplicación industrial. Estos son usados para bombeo, tornos, retroexcavadoras, vehículos y diversos sistemas que necesiten reducción de velocidad.
Estos están compuestos por trenes de engranajes, los cuales son conjuntos de dos o más ruedas dentadas interconectadas, cuya función principal es reducir las revoluciones o velocidad de giro a la salida del mecanismo. Comúnmente toman el par y revoluciones de un motor, reduciendo su velocidad de giro y se puede conseguir una mayor par salida que permite aumentar la fuerza útil y accionar una aplicación determinada a la salida del eje.
Las cajas reductoras son muy delicadas cuando se trata de reparar piezas individuales. Al ser un sistema en el que sus partes que están constantemente en esfuerzo y transmisión de potencia, teniendo en consideración el espacio en el cual se contienen estas piezas, el manufacturar un elemento sin tener conocimiento del conjunto en su totalidad es un error que puede no solucionar el problema e incluso agravarlo.
El mantenimiento de una caja reductora debe tomarse como un todo, ya que da espacio para adaptarse dentro de los límites del sistema.
El mantenimiento debe iniciarse con una inspección completa de todos los componentes. Se comienza con inspección visual, revisando todo lo que es posible sin desarmar la caja.
El piñón y la corona conducida del árbol principal tienden a ser los más dañados, por lo que estos deben ser priorizados en la inspección, ya que el daño presente en estos pudo transmitirse a los demás componentes.
La limpieza es muy importante al inspeccionar una caja reductora. Si hay daño en las ruedas o ejes, fragmentos de estos quedaran en su carcasa y aceite. Se debe estar atento a estas, ya que nos pueden facilitar el encontrar cual es la causa de la falla.
La meta de esta etapa inicial es reconocer todos los daños en el sistema, por lo que la documentación del proceso es clave para la correcta continuidad del mantenimiento. Una vez identificados los componentes dañados, se puede dar paso a la manufactura y modificaciones necesarias para el correcto funcionamiento.
Con los daños identificados, es momento del área de ingeniería calcular y determinar las geometrías para la fabricación de las partes a reemplazar, creando planos técnicos, seleccionando materiales y determinar el proceso de mecanizado.
Al hacer un el mantenimiento de cajas reductoras, lo mejor es cambiar los elementos que se desgastan, como los rodamientos, por lo que la gestión de compra debe hacerse en forma paralela a la manufactura de piezas.
También es común que se deban hacer modificaciones a la carcasa o ejes, por desgaste o fallas. En esta situación se deben tener en cuenta las tolerancias de armado, cuidando los juegos que existen entre los componentes y así evitar problemas en montaje y funcionamiento.
El control de calidad debe dividirse en dos partes, en donde la primera está enfocada en las piezas individuales. Las ruedas dentadas, camisas, ejes y otros componentes que pueden manufacturarse deben pasar controles de calidad individuales, asegurando las geometrías y calidad del trabajo.
Contando con las piezas manufacturadas están listas, repuestos a disposición y modificaciones realizadas, se pasa al montaje de los componentes en la caja. Para asegurar un buen montaje, se deben dejar marcas, anotaciones o referencias que permitan un montaje correcto y rápido, evitando tener que deducir o adivinar las posiciones de los componentes.
Es aquí en donde el segundo control de calidad entra, el cual debe realizarse a la caja como conjunto. Es posible encontrar problemas de ajustes o tolerancias, ya que las geometrías de las piezas deben calzar perfectamente, por lo que al armar se debe tener en cuenta como fue el desarmado.
Para asegurar la correcta transmisión entre las ruedas dentadas, se deben hacer pruebas de tinta que muestren como se comunican los dientes entre ellos. Esta prueba debe realizarse con y sin carga, por lo que los detalles de operación de la caja son muy importantes para hacerla funcionar con un motor adecuado a las rpm que este operaría normalmente. Esta prueba no sólo nos muestra como es la transmisión entre ruedas, sino que es posible escuchar a la caja reductora, lo que es crucial para saber el funcionamiento de las ruedas en el trabajo, ya que un alto ruido implica problemas que pueden ser de montaje o diseño.
En ENGRAMA contamos con un proceso estandarizado de mantenimiento de cajas reductoras, en el cual se prioriza la calidad de los componentes manufacturados, repuestos y modificaciones. Se hace un gran énfasis en la gestión de la información, manteniendo una constante comunicación entre el cliente, el área de proyectos y el área productiva.
